miércoles, 4 de marzo de 2009

Ilusión

Hola de nuevo, hola y adiós...

Apenas supe de ti hace rato y no sabes qué gusto me dio escucharte una vez más, saber que a pesar de todo estás bien. Supongo esa fue la última vez que escucharé tu voz, pues me pareció que fue, sino una despedida, si un hasta luego sin fecha para tu regreso. No te voy a mentir, y es que repasando nuestra historia, siempre te tuve en mi mente, a cada paso. Días y noches siempre alimenté, por más que yo me resistiera, la idea de tu vida. Ahora que me has anunciado tu muerte, te prometo que te lloraré lo suficiente y no más. Ve, viaja lejos, recorre el mundo lejos de mi conciencia, acércate a tu hogar para sanar tu paz y sólo cuando te sientas fuerte, regresa conmigo...

La lección del día de hoy la resumo en: hay veces que debes dejar ir. Por tanto, te doy libertad para irte, y con ella, libertad para morir lejos.

Adiós ilusión, sé que estarás muy bien sin mí, yo... aún no lo sé, pero por favor no te preocupes, jamás te lo pedí, aún cuando en el silencio de mi oscuridad fuíste la única que con su risa iluminaba, muy poco, pero lo suficiente como para darme esperanza de que un día podré tenerte en mis brazos, besarte, acariciarte, para siempre...

Cambio y fuera,

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